A la pregunta, hecha al Gobierno por los diputados por Illes Balears del Grupo Parlamentario Socialista -Pablo Martín, Sofía Hernanz y yo mismo, Guillem García-, el 16 de abril de 2013: "¿Qué medidas, como responsable subsidiario de la política de aguas, más allá de la responsabilidad que detentan municipios y Comunidad Autónoma, tomará ese Ministerio en el sentido de corregir la escasez y mala calidad de las aguas subterráneas y asegurar el abastecimiento de agua potable a la ciudadanía de Menorca?" el Gobierno ha contestado, el 13 de junio de 2013, como sigue: “El Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno autonómico suscribieron un convenio de colaboración en abril de 2005 para la ejecución de diversas obras hidráulicas que solucionen la escasez del recurso hídrico y la mala calidad del mismo en las Illes Balears.
El acta de finalización del periodo de pruebas y de puesta en servicio de la desaladora de agua marina de Ciutadella se formalizó en el primer trimestre de 2011.
Con esta obra se mejora la garantía del abastecimiento de agua potable de calidad, incrementando su disponibilidad en un volumen de 10.000 m3/día”.
Entiendo que la distancia que existe entre Madrid y Ciutadella hace que los miembros del Gobierno confundan el ruido de nuestra actividad cotidiana con el de la desaladora, que jamás ha llegado a funcionar.
La desaladora es un monumento a la inoperancia de este gobierno del PP. Pero a diferencia de otros, como el mudo aeropuerto de Castellón, el de nuestra silenciosa desaladora afecta a la salud de los ciudadanos de Menorca, ~a quienes no se protege el derecho básico a un suministro público de agua suficiente y de calidad.
Época ésta, la estival, en la que el crecimiento de la demanda de agua, por una población incrementada por el turismo y una mayor utilización para el riego contribuirán, seguro, a la disminución del nivel freático y al aumento de la concentración de nitritos.
Los ciudadanos seguiremos pagando, para beneficio de sus distribuidores, el agua embotellada.~El dinero que gastamos en la adquisición de agua bastaría con creces para mantener el funcionamiento de la desaladora y, tal vez, para la instalación de una red que suministrara agua potable a toda la isla.
Sorprende que seamos la oposición quien insiste en preguntar sobre la cantidad y calidad de nuestra agua potable ~y que no sean las autoridades del Consell Insular y del Govern Balear quienes busquen y encuentren la solución, habida cuenta la supuesta facilidad que les concede ser miembros de la misma formación política que el Gobierno central.
Esta es, en definitiva, la realidad de su compromiso con los ciudadanos que los votaron: Al votante, tras las elecciones, ni caso.