Solo desde un transtorno psicotico compartido, idea delirante que se mantiene por más de una persona, o desde la “sumisión bien pagada” puedo explicarme la falta de crítica en los diputados del Grupo Parlamentario Socialista para con el comportamiento de su jefe de filas, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
Alguien próximo a Ferraz me confesaba en diciembre de 2014 que se habian equivocado con Sánchez. Entiendo que dada su larga experiencia no erraba en su diagnóstico.
En la entrevista que le realizó el señor Jordi Evole, tras su "renuncia", en Comité Federal, como Secretario General del PSOE, quedo claro quienes eran sus enemigos: el IBEX, los fumadores de puros..., y cómo iba a vengarse de ellos.
Unos años antes un militante vinculado a anteriores gobiernos socialistas me expresaba que en el PSOE habia estalinistas. Lo que no entendí plenamente en aquel momento hoy se me presenta meridianamente claro: Los fines justifican a los medios.
Sin llegar a los “gulag” vemos desaparecer de la escena política a todo aquel que al presidente Sánchez le resulta innecesario o molesto para su sentido grandioso, su propia importancia, sus fantasias de éxito ilimitado, su poder, su brillantez…
Como Eco en el mito de Narciso no dejaré de repetir los versos de Salvador Espriu: De vegades és necessari i forçós/que un home mori per un poble,/però mai no ha de morir tot un poble/per un home sol:/recorda sempre això, Sepharad.
Espero que, como castigo a su engreimiento, en la contemplacion de su propia imagen se arroje a las aguas.