Interludio:
Los laureles florecen de nuevo con el préstamo de la Bignonia. Durante las primeras semanas de otoño, cuando la vegetación languidece y se precipitan las hojas del árbol del Amor, cuando apetece menos exponerse al Sol y darse un chapuzón da pereza, la Bignonia regala sus flores a todas la plantas del jardín. Una nueva floración, prestada. Una alfombra de flores para los últimos pasos desnudos del verano.
Fin del Interludio.
Sigue mi preocupación por la intervención de la Coalición Contra el Estado Islámico en Iraq y por nuestra participación.
Para Reflexionar: http://www.voltairenet.org/article184792.html
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