De la carta recibida del Comite de Disciplina del Grupo Parlamentario Socialista del Congreso de los Diputados:"... te recuerdo que, conforme a nuestro Reglamento Interno, dispones de siete días
desde la presente notificación para exponer por escrito ante este Comité los motivos tanto de la
diferencia en la emisión del voto como de la ausencia en las votaciones indicadas".
“Te aseguro una cosa por mi fe, que si dos contendientes vinieran a mí pidiendo justicia, siendo mi padre uno y el otro el diablo, daría la razón al diablo si su causa fuere justa”, atribuido a Thomas More por su yerno y biógrafo William Roper.
Presidenta del Comité de Disciplina, GPS-Congreso.
Sí, en la sesión parlamentaria del jueves diecinueve de febrero de dos mil quince voté que no a la Proposición de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en materia de delitos de terrorismo. No fue un error.
Leí, previamente al debate, el texto del "Acuerdo para afianzar la unidad en defensa de las libertades y en lucha contra el terrorismo", la Proposición de Ley Orgánica y, posteriormente, las enmiendas presentadas. Asistí atento al debate de su toma en consideración.
Estudié con atención el documento Recomendaciones de Amnistía Internacional al Proyecto de Ley de reforma del Código Penal, el artículo "...por la pendiente deslizante...", del Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid Manuel Cancio Meliá, el documento de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la denuncia de FACUA. Escuché, además, las declaraciones del portavoz de Jueces para la Democracia.
De todas esos documentos e intervenciones extraje una conclusión: "Esta reforma amenaza con violar derechos y libertades fundamentales de los individuos”.
Desde una convicción personal socialista, donde "la libertad de cada uno es la condición de la libertad de todos", y al amparo del artículo 79.2 de la Constitución Española, mi voto al texto definitivo de la Proposición susodicha fue negativo, consciente de que la disciplina de partido no puede eximirme de la responsabilidad personal de votar una proposición de ley que considero contraria a algunos de los derechos de los ciudadanos.
No quisiera tener que acabar afirmando con el doctor Stockmann, de Un enemigo del pueblo: "He descubierto que las raíces de nuestra vida moral están completamente podridas, que la base de nuestra sociedad está corrompida por la mentira".
No, no fue un error.
Un cordial saludo.
Guillermo García Gasulla.
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