Apreciados Pedro Sánchez P. y Pablo Iglesias T.:
Cada segundo de vuestras vidas está amenazado de muerte.
Sois contingentes, frágiles y finitos a pesar de las piruetas que realizáis para aparecer como inmortales.
Es soberbia e impudicia, que viene a ser lo mismo y acaba en los infiernos.
Quizás podáis escapar a una rendición de cuentas ante vuestros coetáneos, espero que no, pero no eludiréis la suerte postrera del polvo.
La memoria, falaz y deformadora, hará mayor la levedad de vuestras vidas.
Pedro y Pablo, como el resto, sois mortales.
Descansad en paz.
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