
El primum non nocere, atribuido a Hipócrates, cuyo campo de aplicacion se supone a la estricta práctica médica puede y debe aplicarse al área más extensa de la salud e incluso al ámbito de lo judicial.
Demasiado hemos oído, desde el Gobierno, el estribillo de que hemos gastado por encima de nuestras posibilidades. Mensaje que ha calado en nuestras vidas haciendonos olvidar que quienes han vivido por encima de sus posibilidades han sido los grandes inversores, que a sabiendas de que la especulación inmobiliaria tenía un límite, arriesgaron su dinero y el que no era suyo. La muestra está en que sus deudas las estamos pagando nosotros, los ciudadanos.
En referencia a los posibles daños que se siguen de la aplicación del DL 16/2012 los que se han producido o produzcan en el futuro atañen a todos los grupos parlamentarios, a todos los parlamentarios, que juraron o prometieron acatar y defender la Constitución Española, que en su primer artículo declara que España se constituye en un estado social, democrático y de derecho.
Y entiendo por social todas aquellas normas y leyes que mantienen la cohesión social, previendo y evitando los riesgos de rotura de los individuos o desequilibrios del grupo, a la manera de A. Damasio cuando define la homeostasis sociocultural.
Cualquier daño en la salud de la ciudadanía nos inquiere a todos y, como en la práctica cotidiana de la medicina cuando, transcurrido un tiempo prudencial, no se obtienen de un tratamiento los resultados esperados y, además, los efectos adversos son graves, sólo un fanatismo temerario los mantendría.